La Tumba
de Raquel, situada cerca de Jerusalén,
es un lugar de gran veneración judía dado que allí se encuentra enterrada la
matriarca Raquel, la
esposa de Jacob.
La tumba de Raquel, el
corazón del pueblo judío, se estableció desde tiempos inmemoriales como un
lugar sagrado capaz de salvación. En momentos de angustia como los horrores
de la prueba, la mirada se fija en 'Madre Raquel', porque Raquel llorará por
sus hijos y pedirá misericordia.
En la
tradición judía se enseña a los niños que Raquel llora por todos sus hijos. Aún
en nuestros días, mujeres de todo el mundo visitan esta tumba para pedirle a
Raquel que las ayude a ser madres. Raquel sigue siendo a día de hoy un símbolo
de maternidad, un nexo entre países enemigos y un símbolo de amor puro y
maternal.
La tumba ha sido sagrada para cristianos, musulmanes y judíos desde hace 2000 años. Según la Biblia, Raquel fue sepultada en el camino de Efratá donde Jacob erigió una estela sobre su sepulcro. Actualmente la tumba de Raquel, situada entre Jerusalén y el barrio de Gilo (Jerusalén), es visitada por decenas de miles de turistas cada año. Los primeros registros fuera de la Biblia en los que se describe esta tumba como la de la matriarca Raquel datan de las primeras décadas del siglo IV dC.
En
febrero de 2010 fue
declarada por el Gobierno de Israel,
junto con la Tumba de los
Patriarcas en Hebrón,
Lugar de Patrimonio Nacional israelí.
La
vida de la matriarca Raquel
Raquel (en hebreo ‘oveja’) es la segunda esposa y favorita de Jacob y madre de José y Benjamín, mencionada por primera vez en el Génesis, (Gén. 29:17). Es la hija de Labán y la hermana menor de Lea, la primera esposa de Jacob. Éste era su primo, pues su madre, Rebeca, era hermana de Labán.
(pintura de Jacob y su rebaño cuando conoce a Raquel)
Jacob viajó hasta la casa de Raquel, enviado por su madre Rebeca para evitar
que lo matase su hermano Esaú, y posiblemente con la intención de que
encontrase una esposa. Halló a Raquel y quiso casarse con ella, pero fue
engañado por Labán para desposar a Lea. Trabajó siete años como pastor para
Labán a cambio del derecho a desposar a Raquel, pero en la noche de bodas Labán
vistió a Lea con el traje nupcial y el velo y la llevó ante Jacob.
Según Rashí,
Jacob y Raquel sospecharon que Labán intentarían un truco como ese, así que
acordaron una serie de señas con la que la novia velada se identificaría ante
el novio. Sin embargo, cuando Raquel vio que su padre llevaba a Lea al palio
nupcial, no pudo soportar ver a su hermana deshonrada en público y le reveló
las señas acordadas con Jacob.
Cuando Jacob descubrió el engaño, el matrimonio ya había
sido consumado. Jacob aceptó el engaño de Labán y se ofreció a trabajar otros
siete años para poder casarse también con Raquel (véase Génesis 29). Junto con
sus hijas, Labán también envió dos sirvientas (algunos dicen que las hermanas
menores de Raquel y Lea), Bila y Zilpa. Cada una de ellas sería más tarde
desposada por Jacob.
Cuando se presenta a Raquel en el texto (Gén. 29:17) se la describe cariñosamente como «de hermosa formas y de hermosa apariencia». Mientras Lea engendró a cuatro hijos en rápida sucesión, Raquel fue incapaz de concebir durante muchos años. Finalmente, después de que Lea le diera otros dos hijos y una hija a Jacob, Raquel tuvo dos hijos, José y Benjamín. Murió durante el parto y fue enterrada por Jacob en el camino a Efrata, justo a las afueras de Belén.
En Jeremías
31:15 el profeta habla de «Raquel que llora a sus hijos». Esto se interpreta en
el judaísmo como un llanto de Raquel por un fin para los sufrimientos de sus
descendientes y los exilios que siguieron a la destrucción del Primer Templo de
la antigua Jerusalén. Según el Midrash, Raquel habló ante Dios: «Traje a mi
rival (Lea) a mi casa, ¿no puedes Tú perdonar a Tus hijos, que trajeron un
simple ídolo de madera y piedra a Tu casa (el Templo de Jerusalén)?» Dios
aceptó su súplica y prometió que, finalmente, el exilio terminaría y los judíos
regresarían a su tierra.
Nombre hebreo
(Rahel) que significa "oveja". Para un pueblo nómada y pastor como
los israelitas, éste era un gran nombre. Era una expresión de ternura el
sobrenombre de oveja. La bellísima historia de amor que envuelve este nombre ha
hecho que desde la primera Raquel hace ya cerca de tres mil años, hasta el
presente, nunca haya dejado de llevarse
Un nombre muy hermoso, el de Raquel, que halaga los oídos y llega al corazón.
Tras él hay una recia historia de amor y de vida.
Según expertos en el tema de los lugares sagrados, mientras la Cueva de los Patriarcas es sagrada tanto para el judaísmo como para el islam -ya que ambos veneran la figura de Abraham que según la tradición está allí sepultado-, la tumba de Raquel es reconocida sólo como santuario judío, a pesar de que los musulmanes le llaman ahora de "mezquita".
"El lugar nunca fue un
sitio sagrado para los musulmanes y hasta el imperio Otomano, que era musulmán,
lo reconoció oficialmente, con un edicto escrito, ´firmán´, señalándolo como
sitio sagrado de oración sólo para los judíos".
La Tumba de Raquel y la violencia palestina
La
Tumba de Raquel está hoy rodeada totalmente por un muro, construido para
proteger el lugar de ataques, dado que durante la segunda intifada, que estalló
a fines del 2000, en numerosas ocasiones hubo disparos desde casas y otros
puntos del territorio palestino hacia el santuario. Dos soldados que montaban
guardia en el lugar murieron por los tiros y hubo tanto efectivos de seguridad
como fieles heridos, tras lo cual se resolvió construir el muro que permite hoy
acceso de los judíos al lugar sin tener que viajar en vehículos blindados.
Soldados de las FDI custodian el enclave donde según la tradición yacen los restos de la bíblica matriarca Raquel, considerada por los judíos como la madre de su nación. El sitio es foco de intensa peregrinación religiosa.
(preocupación por la explosión de una bomba palestina junto a la Tumba de Raquel)
Rabinos y estudiosos que diariamente asisten a las instituciones en la Tumba de Raquel en Belén escucharon una fuerte explosión hoy (lunes) mientras estudiaban Torá, a causa de un artefacto explosivo improvisado lanzado por los árabes a través de la valla de separación, cerca de la ventana de la Tumba de Raquel.
Un portavoz de la policía de Jerusalén, dijo: “Hace poco, un objeto fue arrojado en la Tumba de Raquel, cerca de la pared de la instalación; no hubo víctimas”.
El Rabino Tzvi Uziyahu, uno de los rabinos de la Institucion de la Tumba de Raquel, dijo: “Por la gracia de Dios tuvimos un milagro, si los explosivos hubiesen ardido, serían muchas bajas en la parada de autobús y en la entrada a la Tumba de Raquel”.
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