MARTES SANTO y MIERCOLES SANTO
En la celebración litúrgica se recuerda el pasaje de la traición de Judas y el papel de Judas Iscariote centran las reflexiones del Evangelio que se lee en este día.
Se da lectura al pasaje de las Negaciones de San Pedro, Juan 13, 21-33, 36-38.
El Miércoles Santo es el día en que se reúne el Sanedrín con Judas Iscariote, el tribunal religioso judío, para condenar a Jesús.
Del Evangelio según san Marcos 14, 55.61-62.64:
Los sumos sacerdotes y el Sanedrín en pleno buscaban un testimonio contra Jesús, para condenarlo a muerte, y no lo encontraban. El sumo sacerdote lo interrogó: «¿Eres tú el Mesías, el Hijo de Dios bendito?». Jesús contestó: «Sí lo soy».
Y todos lo declararon reo de muerte.
MEDITACIÓN
El Sanedrín era la corte de justicia del pueblo de Dios. Ahora, esta corte condena a Cristo, el Hijo de Dios bendito, y lo juzga reo de muerte.
El inocente es condenado «porque ha blasfemado», declaran los jueces rasgándose las vestiduras. Pero nosotros sabemos por el evangelista que lo hicieron por envidia y odio.
San Juan dice que, en el fondo, el sumo sacerdote habló en nombre de Dios: únicamente dejando condenar a su Hijo inocente, Dios Padre pudo salvar a sus hermanos culpables.
A lo largo de los siglos, multitud de inocentes han sido condenados a sufrimientos atroces. Hay quien clama justicia, pero son ellos, los inocentes, quienes expían los pecados del mundo, en comunión con Cristo, el Inocente.
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