viernes, 28 de agosto de 2020

- El papiro y la Biblia

Fue profusamente empleado para la fabricación de diversos objetos de uso cotidiano, y su principal utilización fue la elaboración del soporte de los manuscritos de la antigüedad denominado papiro, precedente del papel moderno. 
El fragmento más antiguo de papiro se descubrió en la tumba de Hemaka del faraón Den, en la necrópolis de Saqqara, aunque no han perdurado los posibles signos jeroglíficos escritos en él.
Su elaboración era monopolio real y fue muy apreciado por su gran utilidad, entre los pueblos de la cuenca oriental del Mediterráneo. Se exportó durante siglos en rollos de alto valor, como se describe en el relato del viaje de Unamón.
El uso del papiro no comenzó a ser universal hasta la época de Alejandro Magno (siglo IV aC.). Su uso decayó al declinar la antigua cultura egipcia, y fue sustituido como soporte de escritura por el pergamino.
 La mayoría de las grandes bibliotecas de Europa poseen manuscritos en papiro.
El papiro en la Biblia
Moisés describe en el libro de Éxodo 2:3 la manera en que su madre lo protegió y dio lugar al encuentro casual con la hija del Faraón. Cuando ya no pudo ocultarlo, entonces tomó para él un arca de papiro y le dio una mano de betún y pez, y puso en ella al niño, y la puso entre las cañas, junto a la margen del río Nilo.

Por otra parte, el libro de Job, hace referencia a la planta del papiro cuando Bildad —uno de los tres amigos de Job— le pregunta: “¿Crecerá y se hará alto el papiro sin un lugar pantanoso?”. (Job 8:11)
En Isaías 18:2 se dice que se hicieron de papiro embarcaciones de mayor tamaño para viajar distancias más largas. Es el que despacha enviados mediante el mar, y mediante embarcaciones de papiro sobre la superficie de las aguas, [diciendo:] “Vayan, mensajeros veloces, a una nación de alta talla y bruñida, a un pueblo que en todas partes es inspirador de temor, a una nación de resistencia a la tensión y de pisoteo, cuya tierra han arrollado los ríos”.
Utilización como material de escritura
La obra Perspicacia para comprender las escrituras dice que [en el tiempo en el que se escribió la Biblia] las hojas podían pegarse por los extremos para formar un rollo, que solía constar de unas veinte hojas. También podían doblarse en forma de hojas para formar el códice, semejante a un libro, que se popularizó entre los primeros cristianos. 

Un rollo medía como promedio de 4 a 6 m. de largo, aunque se conserva un ejemplar de 40,5 m. En un principio, la palabra griega bíblos designaba la médula blanda de la planta del papiro, pero más tarde se utilizó para denominar el libro en sí. (Mt 1:1; Mr 12:26.) El diminutivo biblíon tiene como plural la palabra biblía, cuyo significado literal es «libritos», de la que se deriva la palabra «Biblia». (2Ti 4:13, Int.) Biblos era una ciudad fenicia que debió su nombre a que fue un importante centro de la industria del papiro.

Los rollos de papiro se utilizaron de manera habitual hasta comienzos del siglo II, cuando el códice de papiro empezó a reemplazarlos. Más tarde, en el siglo IV, la popularidad del papiro empezó a disminuir y fue reemplazado por un material de escribir mucho más duradero: la vitela.
El papiro tenía una desventaja importante como material de escritura: no era muy duradero. Se deterioraba en un ambiente húmedo y se volvía muy quebradizo cuando se almacenaba en un ambiente demasiado seco. Hasta el siglo XVIII se supuso que todos los antiguos manuscritos bíblicos escritos en papiro habían desaparecido. 

Sin embargo, a finales del siglo XIX se descubrió un buen número de papiros bíblicos tanto en Egipto como alrededor del mar Muerto, lugares con un clima moderadamente seco, muy necesario para la conservación de los papiros. Algunos de los papiros bíblicos hallados en estos lugares datan hasta del siglo II o I a. C.
A muchos de estos manuscritos en papiro se les denomina «papiros», como el Papiro de Nash, del siglo I o II a. C.; el Papiro Rylands III, 458 (siglo II a. C.), y el Papiro de Chester Beatty núm. 1 (siglo III).
Además el papiro sagrado, era utilizado para elaborar las barcas de dioses del Antiguo Egipto. La planta también tenía una función religiosa surgida en épocas antiguas: nacida en el sagrado Nilo, se representaba en los templos y era portada en las procesiones, donde simbolizaba el renacimiento y la regeneración del Mundo.
El papiro es una planta acuosa que vive en zonas pantanosas. Su nombre científico es Cyperus papyrus.
Esta planta de sección triangular puede alcanzar hasta 5 metros de altura y 10 centímetros de grueso. Hace 5.000 años crecía en abundancia en las orillas del Nilo.
Los antiguos egipcios daban distintos usos a esta planta. Se alimentaban de él, comiendo la parte blanda del papiro. Con su corteza elaboraban cuerdas, calzado, teas, antorchas, barcas, cunas y perfumes.
Sin duda, uno de sus usos más conocido fue el de servir de soporte para la escritura y la pintura. De hecho, Egipto fue el mayor productor de papiro durante más de 3.000 años, hasta el siglo X, cuando desapareció allí esta industria.
El papiro es un soporte altamente higroscópico, es decir, posee gran capacidad para absorber la humedad del ambiente o para perder agua si el ambiente es muy seco.
Este material se degrada con humedad y temperatura altas (>70% y >27º C), lo que produce el desprendimiento de las capas y de la tinta. También es sensible al ataque de los microorganismos.
¿Cómo fabricaban el papiro los antiguos egipcios?
El proceso de fabricación se realizaba en el mismo lugar donde crecían las plantas de papiro, ya que había que trabajarla cuando la planta estaba aún fresca.
Pasos que seguían:
1.    De la parte central del tallo de la planta de papiro extraían, con una cuchilla, unas finas tiras verticales. El tamaño del papiro fabricado dependía de la longitud de estas tiras.
2.    Estas tiras finas las mantenían en remojo entre 7-14 días. Cuánto más tiempo estuvieran en remojo, más oscuro se volvía el papiro.
3.    Las tiras se golpeaban con mazos para aplanarlas. De esta manera perdían parte de su contenido en agua y azúcar, y ganaban en resistencia, volviéndose menos quebradizas.
4.    Sobre una tablilla plana humedecida se ponía una primera capa de tiras, a la que se superponía otra perpendicularmente, alternándose varias capas horizontales y verticales hasta formar una lámina rectangular.
5.    Esta lámina rectangular de papiro se prensaba y se secaba al sol sobre una superficie plana. La prensa consistía en unas tablas de madera sobre las que se colocaban unas piedras que servían para ejercer presión.
6.    Se alisaba y pulía con un instrumento de marfil o una concha para evitar que se corriese la tinta al escribir.
7.    Después se pegaban unas hojas con otras, formando rollos sobre una varilla de madera, marfil o hueso. El pegamento estaba compuesto por agua, harina y vinagre. El borde derecho de cada hoja se superponía sobre la siguiente para consolidar mejor la linea de sutura entre ambas y favorecer el paso del cálamo de una hoja a otra en el momento de escribir, ya que la unión seguía el mismo sentido de la escritura.
8        Los antiguos egipcios conservaban los papiros en recipientes de madera o arcilla impregnados en aceite de cedro para evitar el ataque de insectos.

-Video de la fabricación del papiro en Egipto: Gracias, profesor Silva, por este video y explicación sobre el papiro, nos enseña cómo se hacen y se hacían las hojas de este material para la escritura y dibujo de símbolo. Excelente explicación. Me imagino que es la visita de usted a la ciudad del Cairo, Egipto” ...Manuel Leal




viernes, 21 de agosto de 2020

- Hebrón, Tumba de los Patriarcas

La Tumba de los Patriarcas está considerada como el centro espiritual de la antigua ciudad de Hebrón. El lugar se denomina Me-arat Hamajpelah que significa «La cueva de las tumbas dobles». Según la tradición judía en la Tumba de los Patriarcas están enterradas tres parejas bíblicas importantes: Abraham y Sara, Isaac y Rebeca, Jacob y Lea. La Tumba de los Patriarcas se encuentra en una cueva sobre la que se construyó una gran estructura rectangular de la época herodiana.​ Con más de 2.000 años de antigüedad, este monumental complejo herodiano está considerado el edificio de oración original que más tiempo ha sido usado ininterrumpidamente, y es el edificio más antiguo del mundo que todavía conserva su función original.​ 

El rey Herodes construyó un muro enorme alrededor de la cueva. Y hoy ese muro, llamado la Tumba de los Patriarcas, es el edificio herodiano mejor conservado en cualquier lugar de Tierra Santa. Las paredes son enormes. En las esquinas hay piedras que miden 25 pies de largo por cinco pies de alto y pesan alrededor de 200 toneladas. Las piedras tienen un margen alrededor de los bordes, al igual que el Monte del Templo en Jerusalén. Los constructores de Herodes cubrieron el área dentro del muro con un piso de piedra, y ese piso todavía está en su lugar hoy”.


La única matriarca judía que no está en este edificio es Raquel, que según la tradición bíblica está enterrada cerca de Belén. 
Ajenas a las tradiciones bíblicas perviven una serie de leyendas y tradiciones asociadas a la cueva. Abraham y Sara, Isaac y Rebeca, Jacob y Lea, son considerados los patriarcas y matriarcas del judaísmo. Pero en la situación actual, los judios solo pueden rezar 10 dias al año en el interior de la gran sala de los sepulcros de los Patriarcas, deben resignarse a un pequeño espacio lateral.
En el Antiguo Testamento, en el libro del Génesis 23, se menciona la compra del terreno por parte de Abraham, que quiso enterrar allí a su mujer: “Extranjero y forastero soy entre vosotros; dadme propiedad para sepultura entre vosotros, y sepultaré mi muerta de delante de mí [...] interceded por mí con Efrón hijo de Zohar, para que me dé la cueva de Macpela, que tiene al extremo de su heredad; que por su justo precio me la dé, para posesión de sepultura en medio de vosotros [...] Entonces Abraham se convino con Efrón, y pesó Abraham a Efrón el dinero que dijo, en presencia de los hijos de Het, cuatrocientos siclos de plata, de buena ley entre mercaderes. 

Y quedó la heredad de Efrón que estaba en Macpela al oriente de Mamre, la heredad con la cueva que estaba en ella, y todos los árboles que había en la heredad, y en todos sus contornos, como propiedad de Abraham [...]. Después de esto sepultó Abraham a Sara su mujer en la cueva de la heredad de Macpela al oriente de Mamre, que es Hebrón, en la tierra de Canaán.”

Durante el periodo bizantino la Tumba de los Patriarcas se convirtió en un importante centro de peregrinaje cristiano. Las primeras crónicas son del siglo IV. El peregrino de Piacenza (570dC) constató en su relato que cristianos y judíos compartían el lugar.
A finales del periodo cruzado, en el año 1166, el filósofo judío Maimónides visitó Hebrón y escribió “El domingo (17 de octubre), partí de Jerusalén hacia Hebrón para besar las tumbas de mis ancestros en la Cueva. Ese día contemplé la cueva y recé, alabado sea Dios, (dando gracias) por todo”.
Hasta la llegada del Imperio Bizantino, el interior del recinto permaneció al aire libre. Ya bajo el dominio bizantino se construyó una basílica sencilla en la esquina sudeste del recinto, que fue techado casi por completo (el centro permaneció abierto).
En el año 614, el Imperio árabe Sasánida conquistó Palestina y destruyó el edificio, dejándolo en ruinas.

En 1170, Benjamín de Tudela visitó también Hebrón, a la que nombró en su crónica con su nombre franco, St. Abram de Bron, y dejó escrito: “Aquí es donde está la gran iglesia llamada San Abram, y esta era un lugar sagrado para los judíos en la época de Mahoma, pero los gentiles han erigido allí seis tumbas, respectivamente llamadas las tumbas de Abraham y Sara, Isaac y Rebeca, Jacob y Lea. Los custodios dicen a los peregrinos que estas son las tumbas de los patriarcas, por cuya información los peregrinos les dan dinero. Si llega un judío, sin embargo, y paga una suma especial, el custodio de la cueva abre ante él una puerta de hierro, que fue construida por nuestros ancestros, y entonces puede bajar por unos escalones, sosteniendo una vela encendida en la mano.
La puerta que cierra para los judios el monumento/sepulcro de Abraham en Macpelá
 Entonces llega a la cueva, en la que nada hay, y a una cueva más allá, que está igualmente vacía, pero cuando llega a la tercera cueva, hay allí seis sepulcros, los de Abraham, Isaac y Jacob, frente a los de Sara, Rebeca y Lea, respectivamente, y sobre ellos están inscritos los nombres de los tres patriarcas y sus mujeres en letras hebreas. La cueva está llena de barriles que contienen los huesos de personas, que son llevados allí por ser un lugar sagrado. Al fondo del campo de Macpelah está la casa de Abraham con un manantial frente a ella.”
De acuerdo con Génesis 23, 1-20 , la esposa de Abraham, Sara, muere en Kiryat Arba , cerca de Hebrón, en la tierra de Canaán a la edad de 127 años, siendo la única mujer en la Biblia cuya edad exacta se da, mientras que Abraham está atendiendo a otro lugar de negocios. Abraham viene a llorar por ella. Después de un rato se levanta y habla a los hijos de Het . Él les dice que él es un extranjero en su tierra y peticiones que le den un lugar de enterramiento para que pueda enterrar a sus muertos.
Los hititas a Abraham, le llaman Señor y un príncipe de Dios, y dicen que se puede enterrar a sus muertos en cualquiera de sus tumbas. Abraham no los toma en su oferta y en su lugar les pide que el contacto Efrón el hitita, el hijo de Zohar, que vive en Mambré y es propietario de la cueva de Macpela que está ofreciendo a comprar para "el precio completo". Efrón responde astutamente que se prepara para dar a Abraham el campo y la cueva dentro de ella, sabiendo que no iba a dar lugar a Abraham tener una demanda permanente a la misma. Abraham se niega cortésmente la oferta e insiste en pagar por el campo. Efrón responde que el campo vale 400 siclos de plata y Abraham está de acuerdo con el precio sin ningún tipo de negociación más allá. Luego procedió a enterrar allí a su esposa Sarah .
El entierro de Sara es la primera cuenta de un entierro en la Biblia, y la compra de Macpela de Abraham es la primera transacción comercial mencionada.
El próximo entierro en la cueva es la del propio Abraham, que a la edad de 175 años fue enterrado por sus hijos Isaac e Ismael. El título de propiedad de la cueva era parte de la propiedad de Abraham que pasó a su hijo Isaac. El tercer entierro fue la de Isaac, por sus dos hijos Esaú y Jacob, que murió cuando tenía 180 años de edad. 
Vista del sepulcro de Abraham desde el pequeño lugar reservado a los judios
No hay ninguna mención de cómo o cuando la esposa de Isaac, Rebecca murió, sólo que sobrevivió a su marido, pero ella está incluida en la lista de aquellos que habían sido enterrados en Macpela en las últimas palabras de Jacob a los hijos de Israel. Jacob mismo murió a la edad de 147 años.
El cenotafio/monumento sobre la tumba de Abraham
Buscando las cuevas de los enterrados en Macpelá.
Dentro del gran salón, llamado "el Salón Yitzhak" hay un agujero en el suelo, desde el cual se bajan velas a la cueva de abajo. Según los rumores prevalecientes, se trataba de una entrada a las Cuevas de la Macpela. 
Sin embargo, el diámetro del agujero era extremadamente estrecho: 26 centímetros, luego ningún adulto podría pasar por esta abertura, pero se encontró una solución. Una niña de 12 años llamada Michal, joven pero valiente, accedió a que la bajaran a la sala subterránea. Usando la noche oscura como cubierta, Michal fue llevado al sitio. Se destapó la abertura y se bajó a Michal a la sala subterránea. Los espectadores se llenaron de suspenso y preocupación cuando la niña desapareció de la vista, Michal se encontró en una habitación redonda, cuyo piso estaba cubierto de monedas, velas y notas escritas. Mirando a su alrededor, vio un pasillo estrecho y oscuro, hacia el sur. La valiente niña entró por este pasillo y luego de 17 metros descubrió una escalera. En total oscuridad subió los escalones. Después de 15 pasos, encontró una pared bloqueando su camino. 
Una gran piedra le impidió continuar. Trató de mover la piedra, pero fue en vano. No se movía. Al no tener otra opción, se dio la vuelta, bajó las escaleras y se dirigió de regreso a la pequeña habitación por el estrecho pasillo. Allí, la sacaron de la habitación y la llevaron al Salón Yitzhak. Fue recibida felizmente y totalmente ilesa.
Por supuesto, nosotros no pudimos entrar por el mismo camino por el que entró Michal, por la pequeña entrada circular. Sin embargo, el otro lado del pasillo nos llamó la atención. Ella relató que había subido escaleras que estaban bloqueadas por una piedra. ¿Dónde podría estar esa piedra?
Medimos la distancia de la que había hablado y revelamos que la piedra estaba al otro lado de la sala de Yitzhak, cubierta por alfombras de oración árabes. La zona siempre estuvo ocupada por árabes. ¿Cómo podríamos lograr mover esa piedra, permitiéndonos así descender a las cuevas?
Nos arrastramos por una abertura muy estrecha hacia una cueva circular, tallada en la piedra, profundamente en la tierra. La cueva estaba llena de polvo hasta el borde. Era imposible estar de pie o sentarse, solo gatear. Continuamos adentro hasta que se ensanchó, y luego, una segunda cueva. Esta cueva era más pequeña que la primera, pero aquí nos esperaba otra sorpresa. También estaba lleno de polvo, pero entre el polvo había huesos y restos de cerámica esparcidos por todos lados, algunos de los cuales estaban en buenas condiciones.
El viento soplaba en las cuevas, pero el sonido de nuestros corazones latiendo era audible. Ningún ser vivo había estado tan cerca de los Patriarcas en miles de años. Cada uno de nosotros pasó algún tiempo considerando el significado de estar en las Cuevas de los Patriarcas y de la oración aquí, junto a Abraham, Isaac y Jacob, Sara, Rebeca y Lea, e incluso a las tumbas de Adán y Eva, por la entrada al Huerto del Edén, donde ascienden las almas y las oraciones. Oración en silencio, en presencia de nuestros Antepasados.
Después de esta tremenda experiencia espiritual, comenzamos a examinar la cueva misma. Los huesos captaron nuestra atención. ¿Eran estos los huesos de los Patriarcas? Sabíamos que está escrito que los Justos, incluso en la muerte, son llamados vivos, y que los Patriarcas, llamados los “dormidos de Hebrón” despiertan y oran pidiendo misericordia. Mientras investigábamos, quedó claro que la cerámica pertenecía a la Era del Primer Templo, la Era de los Reyes de Judea. Los judíos de Hebrón y los judíos de toda Judea, entendiendo la importancia y el significado de las Cuevas de la Macpela, recibieron instrucciones de llevar los huesos y la cerámica a las cuevas subterráneas.
Este descubrimiento cerró una brecha de información sobre las Cuevas de la Macpela, desde los días de nuestro Patriarca Ya'akov, el último antepasado enterrado en la Cueva, hasta los días de Herodes, quien construyó la enorme estructura sobre la Cueva. https://godssecret.wordpress.com/2008/11/21/the-secret-caves-of-the-patriarchs-in-hebron/





jueves, 20 de agosto de 2020

- El encinar de Mambré

Mambré (o Mamre) nombre completo en hebreo es Elonei Mamre ("Robles de Mamre"), es un antiguo santuario, originalmente centrado en torno a un árbol sagrado, que pertenecía al reino de Canaán. Según una interpretación de la narración bíblica, Ramat el-Khalil es el Mamre donde Abraham plantó las tiendas de su campamento, construyó un altar y recibió las noticias divinas, sobre el embarazo de Sara, en forma de tres ángeles.
Mamre se encuentra aproximadamente a medio camino entre Halhul y la Hebrón histórica, a unos 4 kilómetros al norte de esta última.
En yacimiento de Ramat el-Khalil se han encontrado fragmentos de vasijas de la Edad del Bronce que podrían indicar que este lugar de culto se encontraba ya en uso en torno a los años 2.600 y 2.000 aC.
Herodes el Grande mandó construir el muro de dos metros de grosor que rodea una zona de 60 metros de ancho y 83 metros de largo, posiblemente por su carácter de lugar de veneración. El recinto contenía un antiguo pozo de más de 5 metros de diámetro al que se conocía como el Pozo de Abraham.
Constantino (325 dC) hizo construir una basílica dedicada a San Jorge y el recinto se consagró y se techó, siendo todavía visibles los cimientos de aquella estructura. En 1957 se llevó a cabo un plan de reconstrucción del yacimiento que partió de las excavaciones realizadas por Mader en 1928. Gracias a ello se descubrió la basílica constantiniana junto a la muralla oriental del recinto de Haram Ramet el-Khalil, así como un pozo, un altar y un árbol en la parte oriental, no techada del recinto.
Una imagen de la basílica de Constantino con la columnata de su atrio aparece en el Mapa de Madaba del siglo VI, acompañado de una inscripción en griego parcialmente preservada: "arbol, también el Terebinto. El Roble de Mambre”.
En Génesis 13,18 aparece Abraham instalándose en "los grandes árboles de Mamre". La tradición hebrea original parece referirse, a juzgar por una variación textual a un solo roble grande, Mamre podría haber sido un amorreo, un cacique tribal en cuyo nombre se nombró a una arboleda.
El Génesis lo relaciona con Hebrón o con algún lugar cercano a la ciudad.​ En otra parte del Génesis se identifica a Mamre con la propia Hebrón.​ Existe una tradición cristiana que data de los primeros peregrinos del siglo IV d.C. que relaciona a la Mamre del Antiguo Testamento con las ruinas no amuralladas de lo que los registros de la tradición árabe llaman Rāmet el-Ḥalīl (la Colina del Amigo).

Otra parte de la Biblia se refiere al lugar como "los terebintos de Mamre el amorreo",   donde Mamre sería el nombre de uno de los tres líderes amorritas que unieron sus fuerzas con las de Abraham para perseguir a Quedorlaomer y salvar a Lot (Gen. 14,13-24). Los judíos todavía lo consideran el roble de Mamre.
Los tres visitantes
Génesis 18.  El SEÑOR se le apareció a Abraham al lado de los robles de Mamré mientras estaba sentado en la entrada de su carpa a la hora más calurosa del día. Levantó los ojos y vio a tres hombres de pie frente a él. Cuando los vio, corrió desde la entrada de su carpa para encontrarse con ellos, se postró rostro en tierra y dijo: —Señor, si he merecido su aprobación, por favor quédese conmigo. Yo soy su siervo. Permítanme traerles un poco de agua. Luego laven sus pies y descansen bajo un árbol. Traeré un poco de pan para que repongan sus fuerzas. Después podrán continuar su camino. Permítanme hacer esto ya que han venido hasta aquí, donde está su siervo.
Entonces ellos dijeron: — Haz lo que has dicho. Inmediatamente Abraham corrió a su carpa, donde estaba Sara, y le dijo: —Rápido, saca tres medidas de harina fina, amásala y prepara pan.
Luego Abraham corrió hacia el rebaño y tomó un cordero bueno y tierno, y se lo dio a su siervo quien se fue rápidamente a prepararlo.  Después tomó unas cuajadas, leche y el cordero que había preparado y los colocó ante ellos. Abraham se quedó de pie al lado de ellos mientras comían debajo del árbol, listo para atenderlos.
 Entonces ellos le dijeron: — ¿Dónde está tu esposa Sara? Y él les respondió: —Ahí en la carpa.
 Uno de ellos dijo: —Te aseguro que regresaré el próximo año por este mismo tiempo y tu esposa Sara tendrá un hijo. Sara estaba escuchando la conversación a la entrada de la carpa que estaba detrás de él. Tanto Abraham como Sara ya eran muy viejos, y a Sara ya no le venía el período menstrual.  Así que se rió silenciosamente y dijo: «Estando yo tan vieja y acabada, y siendo mi esposo un anciano, ¿aún sentiré placer sexual?» 
Luego el SEÑOR le preguntó a Abraham: —¿Por qué Sara se rió y dijo: “Será posible que yo tenga un hijo siendo tan vieja”? ¿Acaso existe algo imposible para el SEÑOR? Regresaré por este mismo tiempo, en la primavera del próximo año, y Sara tendrá un hijo.  Pero Sara se asustó y lo negó diciendo: —Yo no me reí. Y el Señor le dijo: —Sí, tú te reíste.
Luego los tres hombres se fueron de allí, miraron hacia Sodoma y se fueron en esa dirección. Abraham los acompañó para despedirlos.”
Comentario al texto de Genesis 18:
Según la tradición, Abraham se estaba recuperando de la operación de circuncisión, cuando tuvo una visita especial: (Génesis 18:1-3) Y el SEÑOR se le apareció en el encinar de Mamre, mientras él estaba sentado a la puerta de la tienda en el calor del día.  (2)  Cuando alzó los ojos y miró, he aquí, tres hombres estaban parados frente a él; y al verlos corrió de la puerta de la tienda a recibirlos, y se postró en tierra, (3)  y dijo: Señor mío, si ahora he hallado gracia ante tus ojos, te ruego que no pases de largo junto a tu siervo. 
¿Quién se le apareció?  En el primer versículo dice claramente que fue el Señor, en hebreo: Yaweh.  Luego dice que vio a tres hombres.
HOSPITALIDAD
Abraham salió a recibir a los tres visitantes, aún antes de saber quiénes eran.  Como extranjero, él sabía lo que significaba ser recibido y atendido en medio de una larga travesía, especialmente en el desierto.  El hizo con otros lo que toda persona desearía que hicieran con él. Abraham tenía la virtud de la hospitalidad, algo que la Biblia promueve. (Hebreos 13:2) No os olvidéis de mostrar hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.
Efectivamente, Abraham hospedó a ángeles sin saberlo.  Él los recibió, los atendió y les dio de comer. (Gen. 18:4-8) “Que se traiga ahora un poco de agua y lavaos los pies, y reposad bajo Entonces Abraham fue de prisa a la tienda donde estaba Sara, y dijo: Apresúrate a preparar tres medidas de flor de harina, amásala y haz tortas de pan.  (7)  Corrió también Abraham a la vacada y tomó un becerro tierno y bueno, y se lo dio al criado, que se apresuró a prepararlo.  (8)  Tomó también cuajada y leche y el becerro que había preparado, y lo puso delante de ellos; y él se quedó de pie junto a ellos bajo el árbol mientras comían. 
En la antigüedad no era frecuente que la gente comiera carne.  Por lo general, lo hacían sólo para eventos especiales.  No sólo era un alimento caro, sino que debía comerse de inmediato porque no contaban con refrigeración.  Pero Abraham no escatimó y trató a los visitantes con mucha honra.  

ANUNCIO
Luego de comer, los visitantes anunciaron a Abraham la razón de su visita.  Pero antes preguntaron por Sara porque lo que ellos iban a decir, la incluía a ella.
Luego el Señor le explicó el propósito de la visita.
(Gen. 18:10) Y aquél dijo: Ciertamente volveré a ti por este tiempo el año próximo; y he aquí, Sara tu mujer tendrá un hijo. Y Sara estaba escuchando a la puerta de la tienda que estaba detrás de él. 
El Señor llegó a confirmarle el Pacto que había hecho con Abraham.  Volvió a confirmarle que el hijo de la promesa lo iba a tener con Sara, su mujer.
Abraham lo sabía, porque el Señor se lo había dicho unos días antes.  Pero también Sara lo debía saber. Tal vez él no le había dicho nada a su mujer.  Pero en esta ocasión Sara estaba escuchando. El Señor se había mostrado a Abraham como Dios Todopoderoso, pero también quería hacerlo saber a Sara.  Dios le “leyó la mente”, pues ella no había dicho nada en voz alta, pero el Señor quería hacerle saber a ella que no había nada demasiado difícil para Él. El cumplimiento de la promesa de Dios se haría evidente un año más tarde.  Para entonces, ella ya tendría a su hijo en sus brazos. Sara tuvo una reacción muy humana.  Se río ante lo que parecía imposible.  Luego negó haberse reído por miedo.
*Reflexión para niños: Abraham y Sara fueron diligentes y generosos con aquellos que les visitaron. Un día llegaron tres visitas al lugar donde estaban viviendo Abraham y Sara. Ellos les ofrecieron algo de comer y Abraham se sentó con ellos.
Lo que Abraham y Sara no sabían es que los tres eran enviados de Dios. Basados en esta experiencia de Abraham y su esposa Sara, los niños aprenderán sobre la importancia de recibir con amor y generosidad a aquellos que nos visitan.
              Dios quiere que compartamos inclusive cuando lo único que tenemos sea ¡un vaso de agua!


+Otro lugar cerca de Hebrón donde los ortodoxos visitan el sitio de Mambré:
El sitio “del roble de Mamré” (también llamado el roble de Sibta), está en Khirbet es-Sibte (o también como Ain Sibta). Y es un sitio venerado por algunos como el "roble de Abraham", se trata de un lugar moderno y distinto del sitio más antiguo de Mamre.
Debe su nombre a un árbol antiguo, que parece estar muerto pero tiene una ramita joven que crece junto a él, y se encuentra en los terrenos del moderno Monasterio Ortodoxo Ruso de la Santísima Trinidad.
Es un árbol antiguo que, en la tradición, se dice que marca el lugar donde Abraham entretuvo a los tres ángeles o donde Abraham instaló su tienda. Se estima que este roble tiene aproximadamente 5.000 años.
 Foto del roble tomada en 1912
El sitio está ubicado a dos kilómetros (1.2 millas) al suroeste de Mamre, cerca de Hebrón  y ahora dentro de la ciudad. Es también llamado El roble de Abraham, y se trata de un árbol antiguo (Quercus coccifera) que marca el lugar donde Abraham acogió a los tres ángeles o donde Abraham instaló su tienda.
El sitio del roble fue adquirido en 1868 para la Iglesia de Rusia, y el Monasterio de la Santísima Trinidad se fundó cerca. Desde entonces, el sitio ha sido una gran atracción para los fieles y peregrinos rusos antes de la revolución, y es el único santuario cristiano en funcionamiento en la región de Hebrón . 

Este sitio es distinto y está en una ubicación diferente del sitio considerado como Eloney Mamre (ver arriba) lugar que consta fue edificado después por Herodes el Grande, Y dan razón del mismo, JosefoConstantino el Grande, los primeros historiadores de la Iglesia y los peregrinos cristianos, todos hasta mediados del siglo XII, como Arculf y el abad Daniel. Ese sitio se encuentra en un lugar llamado en árabe Ramat al-Khalil (el nombre más antiguo usado por los arqueólogos) y actualmente Bir al-Haram ar-Rameh, situado a pocos kilómetros del sitio descrito en este artículo. 
Después de mediados del siglo XII, la ubicación tradicional de la Encina de Mamre migró a diferentes sitios, siendo el más destacado la ubicación actual fuera de la iglesia.
En el informe de la peregrinación de Arculfo en 1895, "el Roble o Terebinto de Abraham se ha demostrado en dos sitios diferentes. Arculfo y muchos otros (Jeronimo, Sozomen, Eucherius [posiblemente Eucherius de Lyon ], Benjamín de Tudela, el abad Daniel, .... etc.) parecen apuntar a la ruina de er Râmeh, cerca de la cual está Beit el Khulil, o la Casa de Abraham, con un hermoso manantial.