martes, 7 de septiembre de 2021

- Jericó, la ciudad de las palmeras

 


Jericó se encuentra a 258 metros por debajo del nivel del mar, en un oasis en Wadi Qelt en el Valle del Jordán. El cercano manantial de Ein es-Sultan produce 3,8 m³ de agua por minuto, irrigando unos 10 kilómetros cuadrados a través de multitud de canales y desembocando en el río Jordán, a 10 kilómetros de Jericó. 

                                               Vista aérea del Palacio de Herodes en Jericó

Arqueologia e historia en Jericó

Los hallazgos arqueológicos de esta ciudad cananea demuestran que se edificó hace más de diez mil años. Sus habitantes originarios fueron los cananeos. Jericó está mencionada en los textos bíblicos y situada a orillas del río Jordán, ubicada en la parte inferior de la cuesta que conduce a la montañosa meseta de Judá, a unos 8 km de la costa seca del mar Muerto, a casi 260 m por debajo del nivel del mar Mediterráneo y a 27 km de Jerusalén



Fue una importante ciudad del valle del Jordán (Dt. 34,1, 3), en la ribera occidental del río. En una época, la ciudad fue conocida como la ciudad de las palmeras (Dt. 34,3; Jue. 3,13); la primera mención en las Escrituras se da en relación al campamento de los israelitas en Sitim (Nm. 22,1; 26,3).



Jericó, una ciudad de más de 10.000 años de antigüedad

La Biblia describe una de sus destrucciones como resultado de la invasión llevada adelante por Josué, el sucesor de Moisés. Algunos investigadores bíblicos que utilizan las genealogías de las Escrituras, fijan la fecha del Éxodo en el decimosexto o el decimoquinto siglo aC., y consideran estos antecedentes como una ayuda muy significativa para confirmar la veracidad del relato bíblico.

La capa de destrucción analizada por Kenyon indica que Jericó cayó en el siglo XVI a finales de la Edad del Bronce Medio, la datación por radiocarbono Bruins y Van Der Plicht en 1995​ de la destrucción de la capa de la cuarta destrucción indica que esta sucedió alrededor de 1617-1530 aC. datación que confirmó la exactitud de la datación estratigráfica:1.550 aC por Kenyon.



Por su parte, Bryandt Wood, doctorado en arqueología en la Universidad de Toronto en 1985, está excavando en el sitio actualmente y sostiene que la caída de Jericó si respalda la infalibilidad de la Biblia. Wood afirma: "La alfarería, las consideraciones estratigráficas, los datos de escarabajos y carbono 14 apuntan todos a la destrucción de la ciudad en el final de la Edad de Bronce, alrededor del 1.400 aC."

Jericó en la Biblia:

Jericó está presente en la narración bíblica en dos periodos significativos: uno con relación al establecimiento de Israel en Canaán y el otro como lugar de tránsito en la acción anunciadora de Jesús de NazaretLa primera narración se desarrolla en Tell es-Sultan y la segunda en una zona cercana al suroeste de este tell (montículo).



Nos fijamos ahora en la Jericó del Antiguo Testamento, situada en el montículo llamado Tell es-Sultan. Ha sido muy estudiada por diferentes expediciones arqueológicas. Entre 1952 y 1958 la arqueóloga británica Kathleen M. Kenyon excavó el tell con nuevas técnicas estratigráficas y datación por carbono-14. Su método de zanjas profundas permitía estudiar en las paredes cortadas la historia de los antiguos pobladores de Jericó.

Según la mayoría de los investigadores la entrada de Israel en Canaán es fijada al final del siglo XIII aC, de acuerdo con el marco histórico en el que aparecen las evidencias de ocupación israelita en estas tierras.


Así en la tradición judeocristiana, la ciudad es conocida como el lugar donde los israelitas entraron a la Tierra Prometida, dirigidos por Josué, el sucesor de Moisés. Según la Biblia, la ciudad fue tomada de manera milagrosa, al ser derribados sus muros por el sonido de las trompetas de los hebreos.



Los evangelios relatan el paso de Jesús por la ciudad, un milagro realizado en ella y la conversión de un jericoano de nombre Zaqueo. El camino desde esta ciudad a Jerusalén, es el escenario de la parábola del Buen Samaritano.



La antigua Jericó ha ido formando un montículo artificial de unos 20 metros de altura, producido por los depósitos de asentamientos humanos que se han ido sucediendo desde el período neolítico precerámico. Estos restos muestran una de las ciudades más antiguas que se conocen, abastecida por la fuente de agua que existe junto al tell en la parte este, llamada actualmente Ein el-Sultan.



Los restos de época neolítica más conocidos son una torre de piedra de unos 9 metros de altura y unos 8 de diámetro junto a una muralla y los cráneos con los ojos imitados por conchas en sus órbitas. Los cráneos estaban enterrados bajo el suelo de las viviendas, evidencia de un culto funerario.



En el Bronce Medio Jericó era una ciudad cananea que pasó por varias fases constructivas Destacan las murallas de roca en su base y de bloques de adobe en la parte superior, con edificaciones anexas sobre ella. Las murallas incorporaban torres defensivas. Al este del tell un palacio miraba hacia la fuente de Ein el-Sultan (conocida actualmente como fuente de Eliseo, 2 Reyes 2,19-22). Al oeste y norte del tell fuera de la ciudad se halló un gran cementerio con abundante ajuar funerario que permite conocer objetos domésticos, como los hallados en las viviendas de la zona sur junto a una gran torre. Entre los restos descubiertos destaca el gran número de escarabeos hicsos, evidencia de la estrecha relación de Jericó con Egipto durante la dinastías XV y XVI. Los excavadores también comprobaron que en este periodo la ciudad se extendió por la zona baja del montículo hacia el oasis.

Jericó en el Nuevo Testamento:

La ciudad en tiempos del Nuevo Testamento se extendía principalmente al oeste con respecto a la actual población de Jericó, donde el rey Herodes el Grande había construido grandes canalizaciones y acueductos que proporcionaban abundante agua desde varias fuentes y wadis (arroyos). Así, el historiador judío Flavio Josefo escribe que el valle estaba cubierto de estanques y jardines. 

En esta época Jericó tenía numerosas villas y una gran producción agrícola de palmeras datileras, vinos, especias y más concretamente el aceite balsámico, un producto muy apreciado por su perfume y su uso medicinal en todo el Imperio romano, que proporcionó grandes ingresos a Herodes.

Herodes fijó su residencia de invierno en Jericó, llegando a construir tres palacios. El último levantado entre las dos orillas del wadi Qelt. Las grandes excavaciones realizadas en diferentes fases por Ehud Netzer, descubrieron las instalaciones de los palacios, estanques, jardines, piscinas para baños rituales, y una gran casa de baños. Además, como fue usual entre sus proyectos arquitectónicos, levantó un anfiteatro y un hipódromo.

En el complejo del segundo palacio de Herodes, construido sobre anteriores edificaciones asmoneas, E. Nezer halló una estructura que ha identificado como una sinagoga. El edificio fue adaptado para este uso durante el reinado de la reina Salomé Alexandra (76-67 aC). Tiene un nicho para guardar la Torá, con una geniza en la parte inferior de la hornacina para almacenar los manuscritos sagrados deteriorados. Posee una capacidad para unas 140 personas y sería la sinagoga más antigua que se conoce.

Turismo bíblico y cristiano

El turismo cristiano es una de las mayores fuentes de ingresos de Jericó. Hay varios destinos turísticos importantes para los peregrinos cristianos en la propia Jericó o en sus alrededores.

·         Monte de la Tentación, en cuya cima se encuentra un monasterio griego ortodoxo con vistas panorámicas de la región. Hay un teleférico que lleva hasta el monasterio.

·         El Manantial de Eliseo, nombre dado por judíos y cristianos al manantial de Ein es-Sultan.

·         El Sicómoro de Zaqueo (dos de estos árboles se veneran en distintas ubicaciones por creérselos relacionados con el que se menciona en los evangelios).

·         El lugar tradicionalmente aceptado como el del bautismo de Jesús, en la cercana Qasr el-Yahud/Al-Maghtas, en el río Jordán.

·         El monasterio de San Gerásimo, conocido como Deir Hajla; en el Valle del Jordán, cerca de Jericó.

·         El monasterio de San Jorge de Coziba en Wadi Qelt, sobre Jericó.


Turismo arqueológico

Los yacimientos arqueológicos en Jericó o sus alrededores tienen un gran potencial para atraer turistas. Algunos de ellos ya se han tratado con más detalle en las secciones Historia y Arqueología de este mismo artículo:


·         Las ciudades de la Edad de Piedra, Bronce y Hierro en Tell es-Sultan.

·         Los palacios de invierno asmoneos y herodianos en Tulul Abu el-'Alayiq.

·         Las sinagogas de época bizantina en Jericó y Na'aran.

·         El palacio omeya en Khirbet al-Mafjar conocido como el Palacio de Hisham.

·         Las instalaciones de producción de azúcar de época cruzada en Tawahin es-Sukkar.

·         Nabi Musa, el santuario mameluco y otomano dedicado a Moisés ("el profeta Musa" para los musulmanes).

Agricultura

La agricultura es otra fuente de ingresos para la ciudad de Jericó, con multitud de plantaciones de plátanos alrededor de la ciudad.
Las precipitaciones anuales son de 160 mm, la mayor parte concentrada entre los meses de noviembre y febrero. La temperatura media es de 15 °C en enero y 31 °C en agosto. 

Los numerosos días de sol, el rico terreno aluvial y la abundante agua de su manantial han hecho que Jericó sea, a lo largo de la historia, un atractivo lugar para asentarse.

El Parque Agro-Industrial de Jericó es una iniciativa mixta (en parte pública y en parte privada) que se está desarrollando en la zona de Jericó. En un esfuerzo para potenciar la economía de la ciudad, se están ofreciendo una serie de ayudas económicas a empresas de procesado de alimentos para que se ubiquen en parcelas del parque.


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