La Cueva de Adulán, el rey David se esconde de Saúl. Después de la batalla de David contra Goliat y las victorias del joven David sobre los filisteos, David se convierte en el gran héroe de Israel.
Sin embargo, esto hizo que su relación con el rey Saúl se deteriorara. El celoso Saúl trató de matar a David, como se ilustra aquí. David huyó al desierto de Judea y finalmente llegó a Adulán, donde se escondió dentro de la cueva junto con sus 400 seguidores.
La Cueva de Adulán en la Biblia: Para aquel entonces, Adulán ya era una ciudad antigua, pues la primera mención que se hace de ella en el registro bíblico es en relación con Hirá “el adulamita”, quien llegó a ser compañero de Judá antes de que la familia de Jacob se trasladara a Egipto. (Gen 38, 1-20) Unos tres siglos más tarde, Adulán fue uno de los treinta y un pequeños reinos conquistados por Josué (Jos 11, 1-15), y después fue asignada a Judá junto con otras ciudades de la Sefelá.
-Cuando Saúl estuvo persiguiendo a David, este escapó de Akís, el rey filisteo de Gat, y fue a Adulán, a una cueva donde finalmente se le unieron unos 400 hombres. Como esta zona estaba a unos 19 Km. al oeste sur oeste de Belén, es posible que David la conociese muy bien de cuando era pastor. Parece ser que David la hizo su fortaleza por su relativa inaccesibilidad.
Una vez rey, usó este lugar como base de operaciones en sus
guerras contra los filisteos. Fue desde aquí desde donde salieron tres de
sus guerreros para sacar agua de la cisterna de Belén, agua que después David
rehusó beber por considerar que representaba la sangre de aquellos que se
habían arriesgado para obtenerla. (Crónicas 11, 15-19).
Adulán era una de las quince ciudades fortificadas que
reforzó Rehoboam de Judá. (2Cr 11, 5-12) Las tropas de Senaquerib tomaron estas
ciudades, cuya función era defender los flancos sur. y oeste, durante el
reinado de Ezequías, en 732 aC. (2Re 18, 13) En los días de Nehemías,
Adulán aparece entre las ciudades repobladas por los judíos que habían
regresado del exilio babilonio. (Ne 11, 30).
-1 Samuel 22: 1 : “David, pues, partió de allí y
escapó a la cueva de Adullam ; y cuando sus hermanos y toda la casa
de su padre lo oyeron, bajaron a él. Y todos los que estaban en apuros, y
todos los que tenían deudas, y todos los que estaban descontentos, se reunieron
a él; y llegó a ser capitán de ellos, y había con él unos cuatrocientos
hombres ”.
-La cueva de Adullam también se menciona en el discurso de David después de que David se convirtió en rey ( 2 Samuel 23,13 ):“Y descendieron tres de los treinta jefes, y vinieron a David en el tiempo de la siega a la cueva de Adulam; y la tropa de los filisteos acampó en el valle de Refaim”. Esto se repite (en 1 Crónicas 11,15 ): “Y tres de los treinta capitanes descendieron a la peña de David, a la cueva de Adullam ; y el ejército de los filisteos acampó en el valle de Refaim”.
El rey Roboam , hijo de Salomón, fortificó la ciudad ( 2 Crónicas 11, 5-12 ): “Y Roboam habitó en Jerusalén, y edificó ciudades de defensa en Judá. Edificó… Shoco, Adullam , Gat, Maresa, Zif, Adoraim, Laquis y Azeca… Y fortificó las fortalezas, y puso capitanes en ellas, y provisiones de víveres, aceite y vino. Y en todas las ciudades puso escudos y lanzas, y los hizo sumamente fuertes… ”.
-En síntesis: la “cueva de Adulán”, es el lugar donde
David se refugió cuando huía del rey Saúl. En estos parajes hay muchas cuevas
de piedra caliza. (2Sam 23, 13).
Adulan en la actualidad: Adullam es una ciudad de Israel, en Judá situada en la región fértil de la Sefelá, a medio camino entre Belén y Lakís. Se la relaciona con Tell esh-Sheikh Madhkur (Horvat ʽAdullam), situado a unos 26 Km. al oeste Sur oeste de Jerusalén.
-Tell Adullam es parte del parque de las cuevas de
Adullam, un área forestal de KKL-JNF (Desde su establecimiento en 1901, KKL-JNF
se ha desempeñado como administrador de las tierras judías de Israel). Puede
acercarse al sitio desde una carretera del noreste y subir la empinada
colina. En la cumbre quedan pocos restos, pero te recompensan las
magníficas vistas de las colinas de Belén y la sensación de estar entre los
restos de este sitio histórico.
En 2015 se inició un nuevo estudio arqueológico,
gestionado por el "Instituto de Arqueología - Universidad Hebrea de
Jerusalén" y apoyado por los "Amigos del Instituto de
Arqueología".
El nombre original parece haberse conservado en el de las ruinas cercanas de ʽId el-Ma (Miyeh). Adulán estaba en una ubicación estratégica, ya que dominaba tanto Wadi es-Sur como el acceso desde esa parte de la Sefelá al interior de Judá. Se la conoce por la “cueva de Adulán”, lugar donde David se refugió cuando huía del rey Saúl. En estos parajes hay muchas cuevas de piedra caliza. (2Sa 23, 13)
Del primer libro de Samuel 24, 3-21 En aquellos días, Saúl tomó consigo tres mil hombres valientes de todo Israel y marchó en busca de David y su gente, en dirección de las rocas llamadas “las Cabras Monteses”, y llegó hasta donde había un redil de ganado, junto al camino. Había allí una cueva, y Saúl entró en ella para satisfacer sus necesidades.
David y sus hombres estaban sentados en el fondo de la cueva. Ellos le dijeron: “Ha llegado el día que te anunció el Señor, cuando te hizo esta promesa: ‘Pondré a tu enemigo entre tus manos, para que hagas con él lo que mejor te parezca’ ”. David se levantó sin hacer ruido y cortó la punta del manto de Saúl. Pero a David le remordió la conciencia por haber cortado el manto de Saúl y dijo a sus hombres: “Dios me libre de levantar la mano contra el rey, porque es el ungido del Señor”. Con estas palabras contuvo David a sus hombres y no les permitió atacar a Saúl.
Saúl salió de la cueva y siguió su camino. David salió
detrás de él y le gritó: “Rey y señor mío”. Y cuando Saúl miró hacia atrás,
David le hizo una gran reverencia, inclinando la cabeza hasta el suelo, y le
dijo: “¿Por qué haces caso a la gente que dice: ‘David trata de hacerte mal’?
Date cuenta de que hoy el Señor te puso en mis manos en la cueva y pude
matarte, pero te perdoné la vida, pues me dije: ‘No alzaré mi mano contra el
rey, porque es el ungido del Señor’. Mira la punta de tu manto en mi mano. Yo
la corté y no te maté. Reconoce, pues, que en mí no hay traición y que no he
pecado contra ti. Tú, en cambio, andas buscando la ocasión de quitarme la vida.
Que el Señor sea nuestro juez, y que él me haga justicia. Yo no alzaré mi mano
contra ti, porque como dice el antiguo proverbio: ‘Los malos obran mal’.
¿Contra quién has salido a guerrear, rey de Israel? ¿A quién persigues? A un
perro muerto, a una pulga. Que el Señor sea el juez y nos juzgue a los dos. Que
él examine mi causa y me libre de tu mano”. Cuando David terminó de hablar,
Saúl le respondió: “¿Eres tú, David, hijo mío, quien así me habla?” Saúl rompió
a llorar, y levantando la voz, le dijo: “Tú eres más justo que yo, porque sólo
me haces el bien, mientras que yo busco tu mal. Hoy has demostrado conmigo tu
gran bondad, pues el Señor me puso en tus manos, y tú no me has quitado la
vida. ¿Qué hombre, que encuentra a su enemigo, le permite seguir su camino en
paz? Que el Señor te recompense por lo que hoy has hecho conmigo. Ahora estoy
cierto de que llegarás a ser rey y de que el reino de Israel se consolidará en
tus manos”