El
mantel donde Jesucristo celebró la Última Cena de Cristo, antes de su Pasión, sin duda alguna se trata de una de las
reliquias más importantes de la cristiandad. Fechada en el siglo I por algunos
de los más importantes investigadores, como Hernández Pacheco, Carrato Ibáñez o
Gómez Moreno, está realizado en hilo de lino blanco, presentando bandas
decorativas azules, realizadas con índigo.
Es
única en el mundo y sus dimensiones son de 4,42 mts. y 92 cm. de anchura.
Hasta 1791 el Mantel se exponía públicamente a los fieles peregrinos, que acudían en masa a la ciudad de Coria (Extremadura, España). Tal era la devoción de la reliquia, que se acometieron obras en la Catedral para su exhibición pública, en concreto se edificó la balconada que se encuentra en el frontal de la Catedral, en la denominada Puerta del Evangelio, con la altura suficiente para poder extender los 4 metros de paño.
No obstante, finalmente se decidió no
mostrar más la reliquia, porque los fieles arrancaban pedazos de la misma.
Desde ese año, al permanecer oculta, se perdió gran parte de la devoción
popular y poco a poco se fue olvidando. Hasta fechas actuales, que por
iniciativa del Cabildo de la Catedral y del Obispo de Coria-Cáceres, se está
haciendo un esfuerzo de conocimiento público.
A esto
hay que añadir la atracción de investigadores nacionales e internacionales por
la reliquia, que ha provocado el interés de los medios de comunicación, hasta
el punto que desde hace unos años, la ciudad de Coria vuelve a recibir
peregrinos y turistas interesados en el Mantel. Recordemos que según la
tradición, esta reliquia única en el mundo, fue testigo de la celebración de la
Ultima Cena de Jesucristo, haciendo de este paño, testigo de la institución de
la Santa Misa y del nacimiento de la Iglesia. Motivos estos, de la gran
devoción que le ha acompañado a lo largo de los siglos.
La primera referencia
documental del santo Mantel de Coria es de 1404, cuando el Papa Benedicto XIII, el llamado
Papa Luna, otorgó una bula por la que reconocía su autenticidad y permitía su
exposición y culto cada 3 de mayo. Este día, este mantel era colgado del balcón
de la catedral. Esta costumbre se mantuvo hasta el episcopado de Juan Álvarez de Castro (1790-1809).
El Centro Superior de Investigaciones
Científicas analizó la tintura azul que decora
las bandas del mantel, concluyendo que se trata de «índigo natural», un
colorante de uso común en la antigüedad, que fue introducido en Europa en el
siglo XVI.
En 2001, el Centro
Español de Sindonología comprobó que el hilo que conforma la trama de la tela
está torsionado en «Z». El mismo tipo de torsión que la Sábana Santa de Turín.
El mantel fue estudiado
por el científico John Jackson en
dos visitas que hizo a Coria: en 2006 y 2007. Este llegó a la conclusión de que
la Sábana Santa y el mantel de Coria fueron usados juntos como manteles de la
Última Cena.
Las dimensiones, 4,32 m de largo por 0,90 m de ancho, son casi idénticas a las de la Sábana Santa de Turín (4,40 por 1,10). En las grandes solemnidades, y la Pascua era la mayor de ellas, los judíos usaban dos manteles, uno sobre el que se colocaban los alimentos y otro para taparlos. Jesús fue enterrado con rapidez: en tres horas José de Arimatea tuvo que reclamar el cuerpo de Pilatos, obtener el permiso para enterrarlo, trasladarlo hasta el sepulcro, amortajarlo y cerrar la tumba.
En aquel contexto, pudo haber
tomado un mantel de estas características, que es perfecto para envolver un
cuerpo.
Este año el obispado ha recuperado, en parte, esta tradición, puesto que la urna que contiene el mantel ha presidido en el altar los oficios de jueves santo en la catedral, algo que al menos hasta la década de los 60 se venía realizando. El obispo de Coria-Cáceres, Francisco Cerro, quien estuvo presente en la celebración, señala que se trata de una de las reliquias "más importantes de la humanidad" y "nos indica la centralidad de la eucaristía, la cena del Señor".
Y es que la ciudad de Coria es el único lugar donde se dice que tienen el mantel de la última cena, según ha subrayado, en declaraciones a Efe, el director del Centro de Estudios del Mantel de Coria, Ignacio Dols. John Jackson, director del Turin Shroud Center de Colorado (Estados Unidos) comenzó a estudiar el mantel de Coria en dos visitas con su equipo en 2006 y 2007, en las que realizó mediciones, fotografías y extrajo dos fibras, una de lino y otra de la tela teñida de azul. El investigador americano, de origen judío, tiene la teoría que la sábana santa compartió mesa con el mantel de Coria, es decir, fue una de las telas que se utilizaron en la última cena, en la que los discípulos y Jesús celebraban la Pascua.
Durante esta fiesta
judía, en la que se conmemora el "paso" (significado de Pascua) de
Dios rescatando al pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto, se coloca un
mantel debajo de los alimentos y un segundo mantel para protegerlos del
"polvo del desierto", donde, según el libro del Éxodo permanecieron
40 años hasta llegar a la tierra prometida.
Los primeros cristianos tenían muy claro lo de la veneración, hasta compulsiva, de las reliquias. Sobre todo las de los Mártires como testigos que fueron del seguimiento del Señor culminándolo en la propia victimación. Creció tal sentimiento devocional que lo arrastraría a un desbordamiento generalizado durante la Edad Media. El dato más antiguo de esa pieza lo llamamos el de El Electo: Figura en el episcopologio cauriense un obispo como El Electo. ¿Qué ocurrió o tiene de especial El Electo? Pues que ha sido el primero que habla del Mantel. Antes de avanzar decir que el nombre auténtico del Obispo Electo era D. Alonso Domínguez.
¿Cuándo y
cómo escribió o mandó hacerlo? Fue en Salamanca donde otorgó testamento el 24
de abril de 1043 y “manda a la Yglesia de Coria los tapetes e las mis almohadas
para el cuidado de las Reliquias e del Cuerpo de Dios”.
El
Segundo dato pertenece a Benedicto XIII (Pedro de Luna); Así Escobar Prieto,
por su parte, copió en latín un párrafo de la Bula de Pedro de Luna “Licet de
cujus munere” que firmó en La Jana el 26 de julio de 1404. Lo resumimos y
traducimos libremente: “En la Iglesia de Coria existe un arca con Reliquias de
los Santos y con ellas una cierta parte importante de la digna y preciosa y
salutífera Cruz del Señor. Llegan el día de la Invención de la Cruz fieles de
remotas tierras a la Iglesia de Coria”. Reiteramos la interrogación que hicimos
arriba ¿quién y desde dónde portó hasta esta Catedral de Coria dicha reliquia
tan importante de la Cruz de Cristo?-
Dice este autor: “que no considera inverosímil que muchas reliquias se trajeron para ocultarlas ante el avance de la invasión musulmana”. Tiempo, lejanía y muerte difuminan avatares y noticias hasta perder la memoria de ellos y sus localizaciones. Los que transportaron las Reliquias pensarían que iba a ser para un corto tiempo y aquí se alargó ocho siglos. En Coria existía una vieja tradición que puede ser también respuesta a nuestra pregunta. Se decía así en la vieja ciudad episcopal: “que un obispo de esta Iglesia trajo de Roma estas Reliquias”.
Sin
duda el punto de partida en el estudio científico de las reliquias es la
primera fotografía que se realiza en 1.898 sobre la Sábana Santa de Turín.
Cuando el fotógrafo quiso comprobar el proceso en el momento de fijación del
negativo, el temblor de sus manos casi le hace dejar caer la placa. En el
cliché aparecían las figuras frontal y dorsal de un hombre absolutamente real.
Estaba viendo la fotografía real del hombre amortajado en la Sábana Santa;
según la tradición la fotografía real de Jesús de Nazaret.. La conclusión era
tan obvia como asombrosa: la tela se comportaba como un negativo fotográfico
puesto que su negativo resultaba ser un positivo real. Pero, ¿cómo era posible
que una tela, presuntamente del siglo I se comportara como un negativo
fotográfico si la fotografía se había inventado a principios de ese mismo siglo
XIX? Ese día los ateos y agnósticos tuvieron que empezar a trabajar porque las
conclusiones de esa evidencia eran sencillamente inaceptables. Ese día nace la
Sindonología (Síndone = Lienzo), y la Sindonología abre el camino al estudio de
otras reliquias veneradas por la tradición.
Son
muchas las reliquias estudiadas por la ciencia en los últimos años, además de
la Sábana Santa de Turín: el Sudario de Oviedo, el Santo Cáliz de Valencia, el
Títulus de la Cruz de Roma, ratificando hasta el día de la fecha su más que
posible autenticidad… Una de esas reliquias, con relación directa con Jesús de
Nazaret, es el que la tradición conoce como el Mantel de la Última Cena, que
apareció en fechas muy inmediatas al año 1370 y siempre antes del año 1400,
guardado en unas arcas encontradas durante unas obras bajo el suelo de la
Catedral de Coria. A este respecto leemos en el libro “CORIA Y EL MANTEL DE LA
SAGRADA CENA”, escrita por Miguel Muñoz de San Pedro, Conde de Canilleros y de San
Miguel, en 1961:
Viene
luego la ya citada Bula de Benedicto XIII en 1404, que concreta que fueron
encontradas en unas arcas y que se le viene ya entonces rindiendo culto, con
gran concurrencia de fieles, el día 3 de mayo, todo lo cual indica el haber transcurrido
tiempo desde el hallazgo. Como fecha tope tenemos la de 1370, pues en este año,
el 3 de abril, se hizo el Estatuto Capitular, en el que se ocupan de todas las
fiestas que celebraba esta Iglesia, sin mencionar la de las reliquias. No hay
duda, por lo tanto, de que se encontraron después de 1370, en el último tercio
del siglo XIV. En aquellas arcas estaban guardados, entre el conjunto ya
referido, el Mantel y el Lignum Crucis. Por éste, se eligió para el culto el
día 3 de mayo, festividad de la Invención de la Santa Cruz.
El fervor y devoción populares va acrecentándose a su alrededor en los años y siglos siguientes, y hacia 1540 se erige, al lado derecho de la puerta norte de la Catedral de Coria, el llamado “Balcón de las Reliquias”, ya que desde él se mostraban a pública veneración, sobre todo el Mantel, que se desplegaba para que la gente lo tocara desde abajo, ya que mide 4,32 m de largo por 92 cm de ancho. A la vera de la reliquia se constituyó un mercado popular, movido por la gran afluencia de peregrinos de las comarcas limítrofes y de Portugal que acudían al templo para su veneración y petición de favores divinos.
El
problema fue que la gente no se conformó con verlo desde abajo del balcón, sino
que empezó a querer tocarlo, y los tumultos que se formaban acabaron generando
problemas de orden público. En el s. XVIII se decidió sustituir la presentación
de las reliquias desde el Balcón por una exposición desde el altar. Pero aun
fue peor porque la gente acababa invadiendo el presbiterio y se pasaban el
Mantel de mano en mano resultando desgarrado en varias ocasiones. En 1791, para
preservar el lienzo de la creciente barbarie, el Cabildo se ve obligado a
suspender todo acto público de adoración.
Al
cabo de varias décadas, con el cese de las exposiciones llegó el olvido. Aun
así, todos los Obispos de la diócesis de Coria, según su denominación
histórica, y de Coria-Cáceres desde 1959, han mantenido una especial veneración
al Mantel, con su uso sobre el altar el día de Jueves Santo o exponiéndolo en
fechas señaladas a la devoción popular.
El
Conde de Canilleros, Miguel Muñoz de San Pedro, en su libro CORIA Y EL MANTEL
DE LA SAGRADA CENA, relata unos primeros estudios en 1960 bajo la dirección de
los profesores Francisco Hernández Pacheco y Alfredo Carrato Ibáñez,
Catedráticos de la Universidad:
Previas
gestiones del Excmo. Sr. Obispo de Coria-Cáceres, Doctor don Manuel Llopis
Ivorra, con la intervención del autor de este trabajo, en octubre de 1960, y en
los laboratorios del Museo de Ciencias Naturales, de Madrid, bajo la dirección
de los profesores don Francisco Hernández Pacheco y don Alfredo Carrato Ibáñez,
Catedráticos de la Universidad, ha sido analizada y vista al microscopio la
fibra con la que está tejido el Mantel…
El
análisis, que consta documentalmente en minucioso informe técnico y científico,
ha puntualizado de manera concreta que en la trama del Mantel no interviene
otro material que el lino, blanco en una parte y teñido en otra. La tela es,
pues, de hilo, con lo que la fecha de fabricación puede llegar perfectamente al
período que interesa, ya que desde siglos antes del nacimiento del Señor, la
humanidad utilizaba esa fibra vegetal en los tejidos.
Y
sigue narrando:
Tras
el análisis científico, el primer especialista español en telas, el ilustre
arqueólogo y académico don Manuel Gómez Moreno, procedió al estudio del Mantel,
en presencia del citado profesor Hernández Pacheco y del que esto escribe.
Después de largo y escrupuloso examen, dictaminó que, sin la más mínima duda,
por garantizarlo así su estructura y técnica de fabricación, no usados en
Occidente, el tejido es oriental, de manera más concreta, de procedencia
arábiga.
En
el año 2001 se interesa por el Mantel, John JACKSON, científico americano que
en 1978 dirigió al Grupo STURP, que fue el que realizó en 1978 la mayor
cantidad de pruebas sobre la Sábana Santa de Turín. Por entonces llegó a su
conocimiento que en una localidad de España, llamada Coria, se guardaba la
reliquia que la tradición veneraba como “El Mantel de la Última Cena”.
A
este respecto hay que aclarar que John JACKSON siempre ha considerado que la
Santa Síndone debió ser uno de los dos manteles rituales que, según sostiene su
equipo en relación con la tradición judía de la Cena de Pascua, Jesús usara en
la Última Cena. Uno, más decorado, debajo (el Mantel de Coria), protege los
alimentos, como el maná, de la arena del desierto, y otro arriba, más sencillo
(la Síndone de Turín), del polvo.
Así
pues, interesado por la noticia del Mantel de Coria, John JACKSON solicita del Centro
Español de Sindonología C.E.S. (al que pertenece) que vayan a Coria a ver el
Mantel por si merece la pena su consideración.
El
14 de julio de 2001, D. Guillermo Heras Moreno (Director del Equipo de
Investigación del C.E.S.) y D. Felipe Montero Ortego (Coordinador Adjunto del
E.D.I.C.E.S.) acuden a Coria, acompañados de sus mujeres, previa cita
concertada con el Deán del Cabildo Catedral, D. José Antonio Fuentes Caballero.
En la Catedral fueron recibidos por D. Lucas Salazar Ávila, Director del Museo Catedralicio,
en cuya presencia se realizan observaciones directas sobre el Mantel extendido,
se estudia su trama y urdimbre, y se autoriza la toma de muestras de hilos
blancos y azules.
Cuando
los miembros del E.D.I.C.E.S. le comentan las dimensiones aproximadas, John
Jackson siente que puede confirmarse su intuición de que la Síndone de Turín
fuera, en realidad, el segundo mantel ritual de la Última Cena, utilizado en
fiestas especiales, como la Pascua. Como extensión de la visita mencionada de
los miembros del C.E.S., D. Felipe Montero Ortego, Coordinador Adjunto del
Equipo de Investigación del C.E.S. (E.D.I.C.E.S.), elabora un “Informe sobre
las actuaciones y recomendaciones del E.D.I.C.E.S. en el “MANTEL DE LA SAGRADA
CENA” de la Catedral de Coria (Cáceres)”, fechado en Getafe el 31 de mayo de
2006. Entre las conclusiones figuran:
-En
1.960 el Museo de Ciencias Naturales no tenía montado un laboratorio.
-En
los archivos de los trabajos realizados por D. Francisco Hernández-Pacheco de
la Cuesta no se ha encontrado ninguna referencia al Mantel.
-Las
consultas efectuadas sobre la realización de los análisis por parte de D.
Alfredo Carrato Ibáñez igualmente han sido negativas.
-No
hemos tenido contestación sobre los posibles trabajos realizados por D. Manuel Gómez
Moreno.
-En
el s. VI ya se empleaban manteles, y hay referencia de telas empleadas en el s.
I para este fin.
-Los
hilos, tanto blancos como azules, están torsionados en Z.
-Los
hilos están formados por fibras de lino. No se han detectado ningún otro tipo
de fibras.
-El
tinte empleado en los hilos azules es índigo natural.
-No
parecen haber sido utilizados mordientes de sales de hierro o aluminio en la
tinción de los hilos.
-La
tinción ha sido irregular, hay fibras no teñidas en los hilos.
-No
se ha desarrollado crecimiento de hongos con los frotis de las manchas
encontradas.
-La
tela se encuentra en general con zonas muy degradadas, estas pueden ser debidas
a efectos biológicos (F. Montero) o debilitamientos físicos por lavados (S.
Mantilla).
En
la sesión de la Delegación Diocesana de Patrimonio Cultural de fecha 22 de
Diciembre de 2.005, el Excmo. Sr. Obispo de Coria-Cáceres D. Ciriaco Benavente
Mateos le encarga a D. Ignacio Dols Juste, miembro de la Comisión y del C.E.S.,
ponerse en contacto con el E.D.I.C.E.S. para tener una primera entrevista y
tratar el asunto de proponer un Proyecto de Investigación para analizar la tela
del Mantel de la Sagrada Cena.
Esta
entrevista se efectuó el día 11 de Marzo de 2.006 en la Sacristía de la
Catedral de Coria con la asistencia de D. José Antonio Fuentes Caballero, Deán
de la Catedral, D. Lucas Salazar Ávila y D. Julián Carlos Pérez Domínguez,
miembros del Cabildo en Coria, D. Florencio García Mogollón, Profesor de la UEX
y miembro de la Comisión Diocesana de Patrimonio Cultural, D. Ignacio Dols
Juste, Arquitecto y miembro de la Comisión Diocesana de Patrimonio Cultural y
del C.E.S., Dª Socorro Mantilla de los Ríos y Rojas, Licenciada en Ciencias
Químicas, Ex Directora Dpto. Textil del Instituto de Conservación y
Restauración de Bienes Culturales, miembro del E.D.I.C.E.S. y D. Felipe Montero
Ortego, Ingeniero Técnico Químico, Coordinador Adjunto del E.D.I.C.E.S.
Durante
esta sesión se realizó un examen del Mantel por parte de Dª Socorro Mantilla de
los Ríos, de cuya observación ocular ésta resume:
Ligamento:
La estructura del tejido corresponde a una combinación de «sargas», que forman
un dibujo de rombos simétricos en toda la extensión de la tela. La decoración
del mantel es diferente en los dos extremos. En uno existen líneas azules
continuas y otras fragmentadas, en pequeños rectángulos. En el otro extremo,
líneas quebradas de doble trazo en el sentido horizontal de la tela. No existen
en este tejido «orillos», en el sentido estricto del término, por lo que los
bordes se doblan hacia el centro. Existen abundantes rotos, faltas de tejido, y
zonas muy debilitadas, aparentando haber intentado eliminar alguna mancha.
John
JACKSON y el Turin Shroud Center of Colorado deciden por iniciativa propia
efectuar sus propios estudios sobre el Mantel, solicitando autorización expresa
del Cabildo, con el compromiso por escrito de:
-Guardar
reserva de los resultados.
-Informar
primero al Cabildo de cualquier posible hallazgo.
-Obtener
autorización del Cabildo para publicación de resultados.
El
23 y 24 de noviembre de 2006, John JACKSON y el Turin Shroud Center of
Colorado, con la presencia permanente de D. Ignacio Dols Juste, Arquitecto y
miembro de la Comisión Diocesana de Patrimonio Cultural, estudian el Mantel
durante 20 horas seguidas en la sala de Archivo de la Catedral de Coria,
efectuando en ese tiempo diversas pruebas y fotografías con técnicas
diferentes, pero solo en el anverso de la tela:
-microfotografías
de reflexión completando fotomosaico del lienzo;
-microfotografías
digitales con microscopio (50X y 200X);
-fotografías
bajo fuente de luz ultravioleta;
-fotografías
a contraluz por transparencia;
-medición
dimensional, espesor y pesado de la tela;
-toma
de muestras de hilos azul y blanco;
-toma
de muestras de residuos sólidos incrustados;
-toma
de muestras con cinta adherente de polvo depositado.
El
17 de abril de 2007, John JACKSON y el Turin Shroud Center of Colorado,
nuevamente con la presencia permanente de D. Ignacio Dols Juste, vuelven a
Coria para estudiar el Mantel durante 12 horas en la sala de Archivo de la
Catedral de Coria, camino de Oviedo para el estudio del Santo Sudario junto con
equipos científicos italianos y del EDICES español. Suspendido el Mantel con
clips especiales e interponiendo tablillas de madera para no dañar la tela, se
fotografiaron anverso y reverso con diferentes técnicas:
-bajo
luz transmitida;
-bajo
luz reflejada;
-bajo
luz rasante;
-bajo
fuente de luz ultravioleta.
El
26 de febrero de 2011, en la Sacristía de la Catedral, Guillermo Heras Moreno
(Director del Equipo de Investigación del C.E.S.) y Felipe Montero Ortego
(Coordinador Adjunto del E.D.I.C.E.S.) acompañan a Pilar Benito García,
Conservadora de textiles del Patrimonio Nacional y del Palacio Real de Madrid
desde 1988, propuesta por Dª Socorro Mantilla de los Ríos y Rojas para que
continúe con los estudios textiles sobre el Mantel.
Para
Pilar Benito García, el Mantel podría definirse técnicamente como un “tejido en
sarga compuesto a rombos, barrado, con 1 trama lanzada con efecto de perdido”.
La experta en textiles encuentra posible relación entre el Mantel de Coria y
los llamados ”paños peruginos“ al coincidir en la tipología técnica y en la
decorativa. Los ”paños peruginos“ son telas de uso tanto eclesiástico (manteles
de altar, secamanos de sacristía) como secular (manteles, servilletas y toallas
de uso doméstico) tejidos en la región italiana de Perugia desde la edad media
hasta ahora. Prototipos que pueden ser los antecedentes más directos, que
habrían dado origen a la creación específica de este tipo de obras textiles
peruginas, fueron tejidos – tanto en seda como en lino – en los talleres
musulmanes de tejeduría establecidos en la España y la Sicilia medievales de
dominación islámica. Las piezas más antiguas de este tipo que se conservan, se
han catalogado como realizadas en el siglo XIV, a pesar de existir fuentes
iconográficas con representación de tejidos similares desde la segunda mitad
del siglo XIII.
Curiosamente,
existen pinturas en las que la representación del mantel en la Última Cena de
Jesús con sus Apóstoles tiene marcas similares en los extremos de la mesa, como
en “La Última Cena” de Leonardo da Vinci, Ghirlandaio, Andrea del Castagno, Fra
Angélico, Simone Martini o Giotto…
En
Extremadura, referencias al mismo tipo de tela existen en tejidos del Taller de
Bordaduría del Monasterio de Guadalupe.